miércoles, 9 de septiembre de 2009

Ley de Medios: La mentira oficial.


Luego de una pausa motivada por compromisos laborales, retomo la participación en el blog con un tema complejo y actual, la Ley de Medios. Al ser un tema complejo lo trataremos por partes, hoy nos concentraremos en el principal argumento K: sostener que la norma vigente es una "ley de la dictadura". Este argumento no solo es falaz sino que omite decir que lo que se quiere cambiar, principalmente, no es el texto original de la ley (que facilitaba una amplia intervención del Estado en el sector), sino los numerosos cambios que durante la democracia se introdujeron en la ley.
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El texto original de la ley (1980) fijaba como objeto social exclusivo para las empresas del sector el servicio de radiodifusión y entre los requisitos para obtener una licencia establecía no ser propietario ni socio de diferentes sociedades de radiodifusión y no tener vinculación jurídica o económica con empresas extranjeras ni con editoras de diarios. Fue la ley de reforma del Estado de 1999 la que eliminó estas restricciones y permitió la formación de grupos multimedios y la entrada del capital extranjero en el sector.
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En este punto el proyecto actual vuelve a limitar la propiedad extranjera y la formación de grandes grupos multimedios, aunque de un modo mucho más moderado que la ley original, ya que permite que las empresas tengan hasta un 30% de capital extranjero y que las compañías de servicios públicos (como las telefónicas o las de electricidad) puedan brindar servicios de cable.
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Algo similar ocurre con el número de licencias de radio o televisión que puede tener una empresa. El texto original de la ley establecía un máximo de cuatro licencias para una misma persona o empresa. Fue el decreto 1005/99 el que modificó este punto al ampliar el máximo a 24 licencias. El proyecto actual vuelve a limitar el máximo, a 10 licencias.
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Otro ejemplo donde anula reformas realizadas por la democracia y restablece criterios de Jorge Rafael Videla, es cuando se prohíbe la programación simultánea de una red en todo el país (art. 54 y 55). Los militares temían la constitución de una opinión pública nacional, orientada desde la Capital Federal. ¿Los Kirchner tienen el mismo temor?. Lo mismo sucede con la imposibilidad de revender una licencia antes de los 5 años de otorgada, que estableció la dictadura, corrigió la democracia y restaura el actual gobierno (art. 35).

Hay algunas disposiciones del kirchnerismo incluso más autoritarias que las de la dictadura. Por ejemplo: para habilitar un medio, los militares privilegiaban los antecedentes profesionales del candidato; en cambio, el nuevo texto prefiere examinar los contenidos que difundirá el que solicita el permiso (art. 28 y 30). Los productores de esos contenidos, además, deben obtener una licencia estatal (art. 50). ¿Adivinen a quien se la darán?
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En resumen, la propuesta que entró en el Congreso, en lo que se refiere a restricciones sobre la propiedad de medios, nos acerca más al texto original de la ley de radiodifusión (Ley de la Dictadura). Esto demuestra una vez más la capacidad de mentira y engaño que tiene Néstor Kirchner al intentar plantear este proyecto de ley como "Dictadura vs. Democracia", "Monopolio vs. Libertad".

6 comentarios:

  1. Estos K son muy mentirosos hasta mew creia lo de la ley de la dictadura. Chantas.

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  2. Sigo sin entender por qué razón Néstor K es quien todo lo decide en el país. Me pregunto quién es que legitima el accionar de este perturbado mental que sólo es diputado electo.
    No lo entiendo.

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  3. Ahora sacaron del proyecto lo de las telefónicas...¿pero qué se creen ,que con eso conforman a la gente? No somos idiotas, todavía hay muchos puntos importantísimos que son debatibles (si es que lo logramos). Por favor, no dejemos que saquen esta ley, es vergonzosa. No quiero ser venezuela.

    Muy bueno el blog, pero he notado que escriben en forma más esporádica que antes.

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  4. Ahh, no sé, pero a nosotros casi, casi, nos hicieron llorar(va con mucha ironía). Fue cuando con "muy sentidas palabras" un señor K-amigo, en el famoso "debate público televisado", dijo que él pudo observar a un niño provinciano, que por primera vez en su vida, pudo presenciar un partido de fútbol por la tv... ¡¡como si eso fuera taaaan fundamental para el chico!!
    Pan y circo... ahora parece que le tocó el turno al circo.
    Saludos... qué se le va a hacer, ojalá mejore la cosa.

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  5. ¿Cómo andan? Es muy válido el enfoque que proponen en este artículo, y afortunadamente encuentro aquí argumentos que no he visto en otros medios de gran talla.
    Desde hace algún tiempo empecé a advertir sin poder formularlo tan claramente como ustedes hacen, que buena parte de los cambios que propone esta ley apuntan más a las modificaciones en democracia de la 22.285 que a su texto original. Y esto sucede especialmente en lo relativo a la desconcentración de licencias en manos de los grupos.
    Es muy importante llamar la atención sobre este punto. Y también me parece erróneo pretender plantear dicotómicamente la "Ley de la democracia" frente a la "Ley de la dictadura", aunque, tengo que admitirlo, más allá de las restricciones a la cantidad de licencias por prestador, este proyecto de ley -hoy con media sanción- promueve otra matriz de medios y tiene un espíritu más democrático.
    De una forma u otra considero que hay que salir rápidamente de este atolladero para la libre expresión, opinión y competencia que son los grandes grupos ya conformados. Y digo rápidamente porque la postura adoptada por el bloque opositor PRO-CC-UCR da señales inequívocas de pretender ganar tiempo y no querer tratar el tema nunca.

    Para Anónimo (9/9/09), tampoco quiero ser Venezuela. Quiero ser simplemente Argentina. En todo caso me gustaría parecerme a España, EEUU, Brasil, Reino Unido, Francia, Canadá, Holanda. Por eso quiero que salga esta ley.
    Y luego, que se vayan los K.

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