Por un lado representó una torpe concesión al kirchnerismo más dañino que no encuentra límites a la hora de lastimar a nuestra Argentina. Por otro representó el más duro golpe asestado al Pan radicalismo, que emergía como una importante vía de peso para el resurgimiento de una sano bipartidismo en la Argentina.
Sabemos y lo hemos dicho que la oposición tiene que reaccionar marcando la agenda parlamentaria. Pero las lógicas se han ido quebrando. Cuando pan radicalismo con su corta vida post 28 de Junio se presentaba con mayor claridad, el peronismo se mostraba desalineado, sin patrón, y con un Reutemann incapaz de ponerse a la altura de las circunstancias. Solo bastó que la "liga de legisladores ex-gobernadores" con Solá a la cabeza suplantara el déficit de Reutemann presentando una posición común, para que el ala de izquierda del pan radicalismo se mostrara díscola y torpemente se entregara a las huestes K. Este triste minué ya comenzó a molestar.
La ley de radiodifusión fue enmascarada como una reivindicación democrática modificando los dogmas atemporales e injustos de la dictadura. Nada más alejado de la verdad. Dicha verdad no era dificil de encontrar. Le tomó al licenciado Emprendedor 30 minutos de su atareada jornada para develar la verdad detrás de las mentiras. Pero hubo un cierto grupo que no hizo la tarea. La izquierda. Esa izquierda que sucumbió ante su propia miopia dogmatica y apoyó a K en su intentona poco republicana. La izquierda compró la consigna pseudo democrática y paradógicamente sirvió de instrumento para atentar contra la república.
Históricamente, la izquierda en su conjunto nunca fue, por diferentes razones, una alternativa concreta. Nunca superó nacionalmente cifras siquiera superiores al 10%. Básicamente porque existió un peronismo de movimiento de amplio espectro político, que junto a un radicalismo con expresiones de centro pero traccionando también por izquierda y por derecha, nunca dio un cabal sentido a expresiones de izquierda puras. Desearía que la evolución de tales circunstancias hubiera generado otros efectos y por lo pronto mayor madurez en los exponentes socialistas. Pero lo que sucedió en concreto es que la Izquierda pasó a ser una expresión declarativa dogmática y poco pragmática cada vez más inclinada a las consginas demagógicas. Sus posturas ya no son normativas sino más bien figurativas. Ya no proponen desde el "deber ser" como instancia superadora, sino desde el "parecer ser" como imagen de la mediocridad. En este contexto, ya la izquierda no tiene exponentes admirables. No tiene personajes que valga dignificar.
Que apoyó Lozano, el ladero de Pino Solanas? qué apoyaron Macaluse y sus seguidores del SI? y lo más grave, qué apoyaron los representantes por Santa Fe del gobernador Binner, integrante de peso en la CC?
(El acuerdo Cívico se hunde herido de muerte)
- Pedro Moroni del Radicalismo Santafesino calificó la actitud del socialismo como un "despropósito" para luego reforzar con la idea de un arreglo : "La provincia algún beneficio debe de haber recibido para que sus legisladores acompañaran el proyecto oficialista"
Toda la izquierda fue funcional, pero la nota más patética fue dada fuera de la CC por "Pino" Solanas que tan solo días antes de la votación refirió profusamente acerca de la letra chica de la ley y lo velado de las verdaderas intenciones de la misma al dictar que "muchos de los principios y objetivos que son nobles y enganchan con el anhelo de la sociedad, luego vienen negados por cláusulas, por la letra chica". Horas después de decir ello, Claudio Lozano, su principal aliado, levantó la mano, y apoyó la ley con letra chica inclusive.
Con este fenómeno, no sólo tenemos media sanción de una ley que no ayuda a nuestra argentina, sino que se acaba de configurar un daño a la fuerza emergente de mayor relevancia desde las ultimas elecciones. El pan-radicalismo.
El sueño de bipartidismo que avisoramos después del 28 de Junio, pierde la fuerza de aquellos dos grandes contingentes planteados detras de un Peronismo disidente por un lado y un aglomerado de Radicalismo+CC+Socialismo por el otro; para pasar a ser un simple eje mucho menos amenazante entre un posible Cobos, una Carrió independiente y un aún improbable Reutemann.
(El sueño bipartidista se muestra en agonía)
Todo cambió, pues si bien los jugadores son los mismos, la dinámica del juego se plantea ahora de un modo visiblemente más funcional al poder K. La división en fuerzas y en sub fuerzas volátiles sólo le aporta al Kirchnerismo. El electorado fue traicionado. Cómo puede ser que las avasalladoras iniciativas K puedan ser ejecutadas con tanta facilidad? Qué le queda al 43 % de los santafesinos que votaron por el socialismo de Binner y Giustiniani? Qué le queda al 25% de los porteños que apoyaron a Solanas? La torpeza de la izquierda genera una herida profunda, pues produce una ruptura en el continuo de la representatividad del poder delegado por el electorado. Recordemos que en Buenos Aires Heller apenas alcanzó el 9%, y que Rossi, no supero el 8% en Santa Fe. Cerca del 90% de los santafesinos votó ya sea por el peronismo disidente o por el socialismo. Los representantes por Santa Fe, han apoyado a Kirchner sucesivamente. Latorre primero, y ahora los socialistas. El daño fue grande. Las fuerzas se disuelven. La izquierda se equivocó. El sueño bipartidista corre peligro.